Archivados bajo la etiqueta: recetas macrobióticas

Besamel vegana de coliflor

Es suave y de sabor delicado

Es suave y de sabor delicado

Una buena besamel es la guinda de un pastel (salado) o de una lasaña aunque también es un acompañante perfecto para unas verduras gratinadas al horno. Hacerla no requiere grandes habilidades y no tiene por qué llevar harina. Mira cómo la preparo yo.

Ingredientes: 300 gramos de coliflor + 2 cebollas + aceite + sal + leche vegetal + nuez moscada + pimienta negra + miso blanco

Elaboración: Picas finas las cebollas y las dejas que suden y que se ablanden con un poquito de sal en una sartén untada en aceite unos 15 ó 20 minutos. A continuación, añades la coliflor cortada en flores (previamente lavada) y un buen chorro de agua (sin que la cubra) y la dejas que hierva otros 20 minutos. La aderezas con un poquito de sal, un toque de pimienta negra molida y una chispa de nuez moscada. Dejas que se cocine con la tapa puesta.

Pasado ese tiempo echas la coliflor y la cebolla en un recipiente pero sin el líquido de la cocción y lo bates. Añades un chorrito de leche vegetal (las de avena o de arroz son mis preferidas) y una cucharada de miso blanco para espesar la salsa y darle un sabor más dulce.

El resultado es francamente bueno y no hay peligro de grumos ya que no lleva harina.

La salsa bechamel o besamel original (con harina, mantequilla y leche de vaca) tiene origen noble ya que lleva el nombre de un marqués de la corte de Luis XIV (Francia), un tal Louis de Bechamel, que al parecer la inventó para acompañar al bacalao seco. De todas formas, es una de las muchas teorías que circulan sobre el origen de esta salsa, así que… vaya usted a saber¡¡ Lo que está claro es que es la base de grandes platos que a todos nos gustan como croquetas o canelones.

La versión vegana es apta para todos los públicos y es mucho más digestiva y ligera.

 

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Tortitas veganas de plátano

Vajilla de la abuela y tortitas bañadas en algarroba

Vajilla de la abuela y tortitas bañadas en algarroba

Hay muchas recetas en la web sobre esta versión vegana de las tortitas americanas pero yo me quedo con la del blog danzadefogones.com que yo he adaptado a mi despensa y a mi gusto. Según la receta, debía usar harina de arroz y de avena pero no tenía ninguna de las dos, así que la primera versión la hice con harina de garbanzo y de maíz. Quedaron estupendas pero al ponerme a hacer las de la foto he hecho un cambio y he usado harina de avena. Como no tenía, he triturado copos de avena finos en un molinillo de los de café y me ha quedado muy fina.

He intentado hacer lo mismo con arroz integral para hacer la receta al pie de la letra pero no me gustaba la textura que quedaba y he decidido seguir con mi propia versión.

El resultado ha sido espectacular. Han quedado deliciosas y al primer bocado sientes que estás comiendo un presunto pecado que lejos de serlo es todo un antídoto contra el estrés y el cansancio.

Eso sí, son muy contundentes así que yo con una tortita de estas tengo más que suficiente para desayunar. Las he untado con algarroba pero podéis probar también con una mermelada de frambuesas sin azúcar o simplemente solas porque como tienen sabor a plátano y a leche vegetal, ya son ricas de por sí.

Me encanta la textura que tienen, el color doradito que las hace tan apetecibles y lo sanas que son. No llevan azúcar, ni huevos ni leche de vaca. Además, son muy fáciles de preparar y se puede guardar la masa en el frigorífico para tener tortitas para más de un desayuno o merienda.

Ingredientes: 150 gramos de harina de garbanzos + 12o gramos de harina de avena + 1 cucharadita de levadura (sin gluten) + 1/2 cucharadita de sal + 2 cucharaditas de canela en polvo + 250 mililitros de leche de avena (u otra vegetal) + 2 cucharadas de melaza de arroz + 1/2 cucharadita de vainilla en polvo (opcional) + 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra + 2 plátanos ( maduritos mejor)  +  1 limón exprimido

Elaboración: En una jarra para batir o en un bol grande mezclas los dos tipos de harina, la levadura, la sal, la canela y la vainilla y lo remueves bien.

En otro recipiente haces lo mismo con el resto de ingredientes: la leche de avena, la melaza, el aceite, un limón exprimido y los plátanos cortados en trocitos y lo bates todo con la batidora. Una vez batido, añades el contenido del otro bol y lo vuelves a batir.  Te quedará una masa ni muy líquida ni muy espesa, entonces, calientas una sartén con unas gotas de aceite que extiendes sobre la base con un pincel y cuando esté caliente viertes 1/4 de taza de la masa o un cucharón de masa y le das un meneo suave a la sartén para ayudar a que se extienda un poco y tome una forma redondeada.

Con hacer las tortitas 2 o 3 minutos por cada lado será suficiente. Cuando veas que los bordes se empiezan a dorar o a tomar más consistencia, ese será el momento de dar la vuelta a la tortita con ayuda de una espátula o espumadera. Hazlo lo con cariño y mimo para que te queden bonitas y no se rompan.

Las he servido con algarroba disuelta en un cazo con un poco de leche vegetal y las he adornado con unos arándanos deshidratados

Las he servido con algarroba disuelta en un cazo con un poco de leche vegetal y las he adornado con unos arándanos deshidratados

 

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Crema de espárragos trigueros

Si te gusta menos espesa puedes aligerarla con un chorrito de leche de arroz

Si te gusta menos espesa puedes aligerarla con un chorrito de leche de arroz

Ingredientes: 1 manojo de espárragos trigueros verdes+ 2 puerros + 2 cucharadas de aceite de oliva + media taza de mijo + 2 tazas de leche de arroz + 3 tazas de agua + 1 cucharada de miso blanco+ sal + 1 diente de ajo + una pizca de pimienta negra

Elaboración:  Limpias los espárragos y quitas la parte más dura de la base. Reservas las puntas y las hierves un par de minutos. En una cazuela con el aceite doras los espárragos unos diez minutos con un poco de sal a fuego medio. A continuación, añades los puerros después de haberlos lavado bien y de cortarlos en trozos medianos.

Agregas otro poquito de sal y pasados otros diez minutos, lavas el mijo en un cuenco y lo escurres. Haces esta operación dos o tres veces. Lo echas a la cazuela con los espárragos y los puerros y lo remueves todo durante un minuto.

Entonces añades el líquido, es decir, las tres tazas de agua y las dos de leche de arroz. Dejas que se cueza a fuego lento durante 15 o 20 minutos y ya estará listo para pasar por la batidora o por el pasapurés.

Ah¡¡ antes de meter la batidora, acuérdate de agregar una cucharada de miso blanco y un poquito de pimienta molida pero con cuidado de no pasarte para que no pierda su sabor original.

A la hora de servir la crema, que puede ser tanto fría como caliente, lo decoras con las puntas de los espárragos que habías guardado y lista para triunfar¡¡¡

Nota: Si no le pones mijo será una crema más depurativa. Recuerda que los espárragos son muy diuréticos, así que esta receta es perfecta para quienes quieran soltar «carga».

 

 

 

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