Mi mente nunca lo habría imaginado posible pero estoy aquí, en la casa familiar donde nacieron mis antepasados, dando vida a un sueño. Cada mañana, elijo una frase para saludar a los huéspedes y darles los buenos días. Luego, les preparo el desayuno y lo llevo en cestas a la planta inferior del caserío, donde está la casa que alquilo por días, semanas y temporadas cortas.
De camino con las cestas, me paro y hago fotos… El tiempo justo, no quiero que se enfríe. Lola me acompaña hasta la barrera por donde salgo a un camino de piedra que acaba en el monte. leer más