Una forma de comer ensaladas más frescas, digestivas y con menos aceite es amasar las verduras con tus manos y con un poco de sal, ayudando a que suelten su agua. Hazlo con cariño y poniendo bonitos pensamientos, vale? Luego, dejas al menos dos horas o toda la noche las verduras o las hojas de la ensalada con un peso encima y a la hora de ir a comerla, añade una manzana rallada, un poquito de aceite de buena calidad (opcional) y vinagre de arroz o unas gotas de limón exprimido.
Va muy bien para esta ensalada usar hojas que sean un poco consistentes como la col, el repollo o verduras como la lombarda y la zanahoria. De verdad que el resultado es flipanteee¡¡¡
La ensalada de la foto está hecha con lombarda cortada muy fina, cebolla y nabo morado. La clave está en cortar las verduras muy muy finas o rallarlas. Después de echarle sal y de amasarla, he metido las verduras en una prensa para hacer pickles. A la hora de servir, no le he puesto aceite, sólo unas gotas de vinagre de arroz y tiene tanto sabor que incluso se podría comer directamente.
Es crujiente y muy muy refrescante. Me encanta¡¡
Receta macrobiótica, apta también para vegetarianos o veganos.