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El miso y sus propiedades medicinales

Tarros de miso en un supermercado ecológico

 

Esta pasta fermentada de soja y cereales, y de sabor fuerte, entró en mi casa hace unos cuatro años y muchas veces me he preguntado cómo no la probaría antes.

En invierno, en los días fríos y húmedos, una sopa de miso produce la sensación de un abrazo interior que te nutre y te mima. A veces, cuando la tomo, se me escapa un «mmmmmmmhhhhhhh» casi interminable. Es como una admiración hacia el poder de esta pasta mágica que me envuelve y me da fuerzas para volver a echarme a la calle, de vuelta al trabajo.

También me gusta hacer un guiso de tempeh y zanahoria con miso que está ¡¡de chuparse los dedos¡¡

Intento usarla a diario en los meses de otoño y de invierno porque alcaliniza la sangre, mineraliza y me ayuda a tener una buena flora intestinal, tan importante para disponer de unas defensas altas capaces de hacer frente a cualquier virus.

Hay que cocinarlo con cuidado, siempre a fuego muy bajo para que no hierva porque si no pierde sus propiedades.

Para los que estamos muchas horas delante de la pantalla del ordenador también va genial porque tiene efectos antiradioactivos y ayuda a eliminar materiales pesados.

Además, es muy recomendable para las personas que tienen problemas de digestiones,  para los que tienen enfermedades cardiovasculares y para las mujeres porque ayuda a combatir los síntomas de la menopausia.

Además, tiene efecto antioxidante y depurativo. Por eso, también es aconsejable tomar un caldo de miso después de una comida con mucho azúcar o mucho alcohol.

El mejor miso es el no pasteurizado, aunque es más caro, porque tiene más fermentos vivos y para conservarlo es conveniente meterlo en la nevera después de abierto. En un sitio fresco puede durar meses.

En la tienda podrás encontrar varios tipos de miso: Hatcho Miso (hecho con soja), el Mugi Miso (soja y cebada) y el Genmai Miso (con soja y arroz integral), entre otros. El primero es el más recomendable para el invierno pero yo, personalmente, me quedo con el sabor del Mugi Miso y lo uso todo el año.

Además, siempre tengo también Shiro Miso (de sabor dulce), hecho con soja y arroz blanco, y lo uso para engordar salsas y darles un sabor especial.

 

 

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