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Ser o no ser

Javier Arocena

El experto en nutrición Javier Arocena habla con sugarnobaby sobre esta famosa duda del príncipe Hamlet de Shakespeare y la relaciona con la alimentación.

En una charla que ha dado en el mes de junio en Vitoria, Arocena preguntó a los asistentes cuántos de los que consumen carne serían capaces de sacrificar el animal en vivo y en directo.

No sabemos lo que contestaron o qué caras pusieron pero ya que estamos, lo planteamos también a los seguidores de sugarnobaby.

Arocena reconoce que las proteínas de origen animal son las de mayor valor biológico, pero al ir acompañadas de grasas que no necesitamos y de animales que no quieren ser sacrificados para ser consumidos por los humanos, las deja en la estantería del “de vez en cuando y poco”.

El biólogo vasco propone comer diariamente granos (arroz, quinoa, mijo…)  porque son una fuente de energía vital, nos facilitan la vida y también la del planeta, pero admite que comer de esta forma tampoco es una garantía total de salud, ya que la salud y la enfermedad pertenecen al reino del alma de cada persona.

Es decir, que “se puede estar comiendo arroz a diario y el alma sentirse encerrada y bloqueada, y la persona enfermar”, señala.

Arocena aconseja combinar en cada plato proteínas vegetales de cereales, legumbres y frutos secos, porque nos proporcionan unas proteínas de alto valor biológico sin grasas y además son baratas para el bolsillo y para el planeta, sin generar karma.

Recuerda también la importancia de masticar mucho cada bocado para digerir mejor los alimentos y porque da consciencia a la persona y unidad interna.

“Si comes limpio es útil para avanzar (en el camino del Ser) y si masticas, unes tu fuerza de voluntad, de naturaleza divina, a la generosidad de la tierra y del sol”, subraya.

Respecto al arroz blanco, tan extendido y consumido actualmente, Arocena cuenta que fueron los ingleses en el siglo XIX los que decidieron quitarle la cáscara y su germen con modernos molinos de acero para poder venderlo durante años sin peligro de que se quedara rancio por los omegas 3 y 6 de su germen.

Los ingleses recibían el arroz integral en barcos de su colonia la India asiática actual. El arroz desvitalizado de los ingleses se cocinaba en menos tiempo y pronto se convirtió en el alimento de los ricos de aquella época, por lo que pasó a ser un ingrediente básico en todas las mesas y sustituyó al arroz natural (integral) de toda la vida, rico en vitaminas, lo que fue origen de muchas enfermedades.

Arocena opina que este hecho ha generado un duro karma a la corona británica, que fue la que se benefició de comercializarlo. De hecho,  “llama la atención que un heredero de la Corona británica, Carlos de Inglaterra, lidere una cadena de panaderías integrales y ecológicas, y haya sido de los pocos mandatarios que públicamente han criticado los transgénicos, sin duda, gestos para limpiar el karma familiar”, considera.

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