¿Qué es para ti la vida, sueño o pesadilla?

foto cama relax

Toda la vida es sueño y los sueños, sueños son

Lo dijo Calderón de la Barca en el siglo XVII pero unos siglos más tarde sigue sonando rabiosamente bien. «Sueña el rey que es rey y vive con este engaño mandando, disponiendo y gobernando». Pero ¿y qué pasa con el pobre? Que sueña también su pobreza y que padece su miseria.

Lo que decía este dramaturgo en 1635 encierra una gran verdad: «todos sueñan lo que son aunque ninguno lo entiende».

A lo largo de tu vida seguramente habrás escuchado cosas que te han herido pero también otras que te han hecho más fuerte y todas las habrás guardado en un lugar que tiene más poder sobre tu destino del que imaginas.

Si te detienes a pensar un momento… ¿encuentras alguna creencia sobre cualquier cosa que te limite, que te frene?

Imagina por un momento que en lugar de poner atención a esa creencia, le dieras poder a otra que te impulsa y te hace más fuerte. ¿Cómo imaginas que sería tu vida? ¿Qué te dice tu corazón?

No necesito conocerte para saber que tienes un gran potencial dentro de ti, liberarlo te transformará y si te decides a hacerlo sentirás miedo. Prepárate para sentirlo, las metas más ambiciosas están fuera de lo que conoces, de lo que te hace sentir «segura».

Si tu corazón se acelera y empieza a latir muy rápido es probable que estés más cerca de saltar de tu cómoda y minúscula pecera al océano infinito.

¡Feliz salto!

Lo que hace que creas firmemente que no puedes hacer algo o merecer algo es que has prestado demasiada atención a esa creencia. Prueba a romper esa inercia y da poder a lo que te impulsa hacia adelante.

Ya sabes, para atrás ni para tomar impulso.

Los recuerdos que te alientan, te dan poder y coraje para avanzar en la vida, en cualquier cosa que te propongas. Puede que quieras mejorar tu salud, cambiar de trabajo o sencillamente vivir más feliz.

Presta atención a tus pensamientos y toma las riendas, no los dejes corretear sueltos a su libre albedrío porque a buen seguro la liarán parda.

¿Te subirías a un coche que va sin conductor y a toda velocidad? ¿No, verdad? Pues con tus pensamientos ocurre lo mismo. Así que si las cosas no marchan como te gustaría y no estás dónde o cómo querrías, quizás es hora de que cojas el volante y pongas rumbo hacia donde tú quieras.

¿Sabes qué? Tanto si crees que SÍ puedes, como si crees que NO, en ambos casos tienes razón.