Preciosa escena del film francés Angel-A, de Luc Besson (2005), que nos invita a mirar nuestro interior y a cambiar lo que no nos gusta empezando por nosotros mismos.
El escenario de esta romántica comedia no podía ser otro que París y el antagonismo es uno de los instrumentos más repetidos tanto en el color del film (blanco y negro) como en las características de sus protagonistas, Jamel Debbouze y Rie Rasmussen.
La actriz danesa es el ángel que aparece en la vida de un hombre vulgar, triste y abatido por las deudas, para mostrarle que es mucho más de lo que imaginaba y que esconde un gran tesoro en su interior.
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