La revolución empieza cada vez que una mujer elige su destino

 

Estamos ante un 8 de marzo cargado de simbolismo. Se ha convocado un paro internacional de mujeres y a lo largo del día, se celebrarán movilizaciones en más de 150 países. Estamos llamadas a participar todas las mujeres del mundo. Da igual si tienes un trabajo remunerado o no.

El objetivo es protestar contra cualquier tipo de violencia hacia una mujer por el hecho de serlo.

Se respira sororidad por todas las esquinas y estoy feliz de sentir cómo crece ese sentimiento de fraternidad y de hermandad entre todas nosotras. Me siento arropada por muchas mujeres sabias y conscientes, y creo que la verdadera revolución empieza cada vez que una mujer elige su destino.

Si te preguntas cuál es el tuyo, es que aún no has conectado con «la loba, la vieja, la que sabe, la que está dentro de nosotras». Para llegar a ella, no te compares con tus compañeros hombres, no trates de hacerles pequeños porque así no llegarás a sentir tu poder.

Mujeres que corren con los lobos

Conozco mujeres fuertes y valientes, y admiro su fortaleza y perseverancia, pero es hora de despertar a nuestra feminidad desde el AMOR, desde ese lugar en el que el Yo y el Tú se besan.

Si quieres quejarte de lo mal que está el mundo, hazlo hoy pero mañana pasa página. Quedarte enganchada al discurso de la queja, bloqueará tu desarrollo. Gestiona tu rabia y transfórmala en algo que te impulse para conseguir cambios positivos en ti y en el mundo.

Consagra tu tiempo, tu energía y tu creatividad a lo que de verdad importa.

Como dice la doctora Jean Shinoda Bolen en su libro «Las Brujas no se quejan»: todo está en ti y no hay nada que desees allá afuera que no anide ya en tu alma.