¿Es realmente el desayuno la comida más importante del día?

Los secretos para un desayuno sano
¿Cuántas veces has escuchado que el desayuno es la comida más importante del día? Seguramente lo habrás oído de boca de tu madre hasta la saciedad y probablemente ahora seas tú la que se lo dice a tus criaturillas hasta aburrirlas.
¿Pero es realmente cierto? ¿Es la comida más importante del día?

Para tener un día 10 (o algo que se le parezca) hay que hacer tres comidas principales, a cada cual más importante. Por tanto, poner tanto énfasis en el desayuno es quizás un poco simplista, ya que parece que nos olvidamos del resto.
Es como si la gente se empeñara en hacer las cosas bien por la mañana y se despreocupara de lo que va comiendo el resto del día.
Total, como el desayuno es la comida más importante y lo has hecho «bien» (o eso crees)… En la comida y en la cena, puedes bajar la guardia, ¿no?
Si durante el día vas haciendo las cosas regular o mal, llegará la noche y no sabrás cuándo parar de comer. Te sentirás dominada por un ansia desmedida de hincarle el diente a una tableta de chocolate (y ojalá que te conformes con unas onzas), o si no ahogarás tus penas en esas galletas que tienes escondidas en el fondo del armario (lejos de tu vista pero no de tu cabeza) o en cualquier cosa dulce que pilles a mano.
Así que… el desayuno es importante pero la comida y la cena, también.  Y ahora veamos…¿quién cree que hace un buen desayuno? No puedo ver tu mano levantada ahora mismo y no sé si efectivamente estás en lo cierto, así que compruébalo tú misma con lo que te voy a contar.
Aquí tienes las claves para preparar un desayuno de calidad, de esos que te ponen contenta y te arrancan un buenos días.
 Las claves para hacer un desayuno sano
Un desayuno sano debería ser nutritivo pero no pesado ni graso, osea que si estás fuera de casa, en un hotel con bufé, por ejemplo, huye despavorida de los huevos fritos, las salchichas y el bacón.
Piensa que es la primera comida que haces después de muchas horas sin comer ni beber nada. Has estado ayunando toda una noche, has perdido líquidos, y la energía de la mañana es ligera, así que deberías decantarte por algo ligero, nutritivo y húmedo.
Esos tres requisitos los encuentras en las cremas de cereales y hay muchas variedades para que no te aburras. Puedes prepararlas con arroz, mijo, cebada, quinoa, avena…
A mí me gusta mezclar dos tipos de cereales y ponerle siempre un palito de canela y manzana deshidratada, para que le dé un sabor dulce pero natural. Mi preferida es la de arroz con mijo.
Este tipo de cremas te dan energía estable para toda la mañana y te salvan de una hipoglucemia en esas mañanas locas en las que no puedes parar a comer un tentempié.
Añade frutos secos naturales en pequeñas cantidades a tu crema de cereales  (3 o 4 nueces, o almendras, o avellanas).
Acompaña la crema con un té de tres años (kukicha o bancha) bien reposado, sin teína. Este tipo de tés ayudan a digerir grasas y alcalinizan el ph de la sangre. Y ya sabes lo que ocurre cuando tu organismo peca de acidez, ¿no?
Pues que la sangre compensa el desequilibrio cogiendo los nutrientes que necesita del resto de órganos vitales y eso te pasa factura en forma de cansancio físico, digestiones lentas y pesadas…
Si al despertarte te suele gustar tomar un zumo, no dejes de probar los de manzana y zanahoria,  los de zanahoria y fresas o zanahoria y sandía. Son muy depurativos y están muy sabrosos.  Además, si les añades medio limón exprimido, refuerzas su potencial detox.
Te preguntarás, ¿y dónde queda el típico zumo de naranja de toda la vida? Siento tener que empujarte a romper con una tradición pero es mejor que lo sustituyas por los que te acabo de comentar. El de naranja enfría mucho y te acidifica. ¡¡Salvo que vivas en tierra de naranjas!! Si hay naranjos a pocos metros o kilómetros de tu casa, toma zumo de naranja.
Un truco para equilibrarlo es ponerle un poquito de sal.
Es muy divertido ver la cara del camarero cuando te ve echarle sal al zumo de naranja. Te mirará con cara de pena, pensando que estás tan dormida que acabas de confundir el azúcar con la sal, pero lo que no sabe es que tú tienes tus trucos infalibles para disfrutar de un desayuno perfecto.
Otras bebidas saludables para desayunar son los cafés de cereales, las leches vegetales, las infusiones y el té verde.
En cuanto a los desayunos con pan, elige siempre uno que sea integral, ecológico y de levadura madre. Los de espelta son mucho más fáciles de digerir que los de trigo.
Para untar sobre el pan, las mejores alternativas son las mermeladas sin azúcar y edulcorantes artificiales, un buen aceite de calidad (mira esta opción con aceite, canela y tamari), un paté vegetal, un aguacate madurito bien extendido, unas sardinas, un poquito de atún
Si te mueres por un lácteo (cuida la frecuencia con que lo comes), escoge yogur o kéfir de cabra y mézclalo con muesli ecológico sin azúcar. Para endulzarlo puedes utilizar melaza de arroz, sirope de ágave o stevia.
Otras opciones sanas para desayunar serían unos crepes de sarraceno o de avena, tortitas de plátano, una tarta de manzana casera y sin azúcar, manzanas con granola, un pastel de zanahorias, un brownie también sugarfree…
Además, en los supermercados de productos ecológicos encontrarás distintos tipos de cereales hinchados y sin azúcar, que puedes comer bañados con leche vegetal. Los hay de arroz, de kamut, de quinoa…
En fin, que el mundo está lleno de posibilidades sanas para coger fuerzas por la mañana y saltar de la cama contenta.  ¿Lo hacías bien antes de leer este post? No te apures, tienes muchas mañanas más para hacerlo mejor.
¡¡Buenos díaaaaaaaaaaaaaaaas!!
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