¿Empezamos? Primeros pasos para cambiar la alimentación

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Comer una cosa o comer otra es una cuestión de elección, de libertad personal. El presupuesto que tengamos también condiciona que elijamos unos alimentos y no otros pero si lo que queremos es comer sano, no hay excusas. Se puede llevar una vida más saludable sin gastar más, incluso si comemos productos ecológicos, que tienen fama de ser caros.

Alimentarnos todos los días con carne y pescado es caro, en cambio, si sustituímos la proteína animal por la vegetal y echamos mano de alubias, garbanzos, lentejas, etcétera… nuestra cesta de la compra será más asequible.

Por esto, si queremos empezar a cambiar algunas cosas de nuestra alimentación porque no nos sentimos bien y queremos experimentar un cambio, propongo, como primer paso,  comer menos carne, pescado y huevos.

En cuanto a las verduras, éstas son una parte importante de una dieta sana y equilibrada, pero las más comunes en la dieta mediterránea, las solanáceas, conviene evitarlas o reducir su consumo.

Las solanáceas son las patatas, los tomates, los pimientos, las berenjenas

En su lugar, abrete a otras verduras que seguramente no consumes tanto y come más calabaza, cebolla, zanahoria, nabo, vainas,  calabacines,  acelgas, col, lombarda, brócoli y coliflor

Y tercera propuesta, sustituye los alimentos refinados por los integrales. Empieza a llenar las estanterías de casa con arroz integral, en lugar del blanco, con quinoa, mijo, cuscús, bulgur, pasta integral (la de quinoa es especialmente sabrosa y para un principiante puede ser un buen acercamiento).

Come menos pan y si lo consumes, que sea integral y hecho con levadura madre. Reduce también el consumo de aceite y prueba el de primera presión en frío. Un truco para comer menos aceite en las comidas es echar una cucharadita pequeña de aceite en la cazuela o en la sartén en la que vayas a cocinar y extenderla con un pincel. Te sorprenderás de lo que da de sí tan poquita cantidad de aceite.

Y por supuesto, aléjate todo lo que puedas del azúcar de todo tipo y pelaje, da igual que sea de caña o blanco, y de los estimulantes como el café, el té industrial o el alcohol.

No te preocupes,  aunque parezca al principio que lo que te propongo es el fin del mundo y pienses que no puedes vivir sin tu café de la mañana o tu onza de chocolate diario, hay vida más allá de tus costumbres y te sorprenderás de las alternativas y de los sabores que te vas a encontrar.

Es cuestión de querer y de dar el primer paso, la decisión es tuya. ¿Empezamos?

 

 

3 comentarios

  1. mercedes zabaleta

    Me encanta tu idea Joana, rápidamente te incluyo en favoritos y te sigo
    desde la ofi Efe de Donosti

  2. Susana

    Cuanto mas te leo mas convencida estoy de este tipo de alimentación, lo intento, pero que difícil me resulta. Poco a poco…., me digo varias veces al día, todos los días.

    1. sugarnobaby Autor del artículo

      Querida Susana, la perseverancia siempre trae éxito, así que ánimo, que nada te detenga¡¡ ¿Qué es lo que más difícil te resulta de este tipo de alimentación? Muchas veces es la mente la que nos limita ¿puede ser? Si me comentas dónde están las dificultades, quizás te pueda ayudar a encontrar una solución… Un abrazo.

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