Plato muy apropiado para el otoño y el invierno. Da mucho dulzor de calidad y es muy nutritivo.
Ingredientes:
1kg de cebollas pequeñas o medianas + miso (mejor no pasteurizado) + sésamo tostado +alga kombu + kuzú
Elaboración:
Pelas las cebollas y les haces unos cortes en forma de flor (cuatro en la zona central) para que cuando se cocinen y se abran puedas echar por esas ranuritas el miso
Utiliza una cazuela de un tamaño apropiado para que quepan las cebollas colocadas en la base sujetándose unas a otras
En el fondo de la cazuela pon primero un trocito de alga kombu y luego las cebollas bien juntitas para que no se desparramen cuando se hagan.
Echa medio dedo de agua y tapa la cazuela. Pon el fuego fuerte hasta que hierva y luego, lo bajas al mínimo para que se vayan haciendo despacito.
En una taza aparte, pon una cucharadita de miso por cebolla y disuelvelo con un poco de agua caliente.
Cuando las cebollas esten blanditas, echa dentro de la cebolla el líquido del miso con el agua y lo dejas a fuego lento unos 20 o 30 minutos más.
Al final, espesa la salsa que haya sobrado con Kuzú y decóralo con semillas de sésamo.
Este plato me encanta porque combina muy bien con el arroz integral y porque me gusta mucho el sabor del miso. La salsita que se forma es deliciosa. Es facilísimo de hacer y aunque lleva tiempo de cocción, no tienes que estar mirando la cazuela. Puedes irte a hacer otras cosas por casa mientras lo dejas en el fuego.
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