Lo confieso, estoy cogiendo manía a la palabra detox. Todo lo que rodea a este vocablo me suena a la misma canción. Está tan de moda y en tantas bocas… que ya me sabe mal.
Sin embargo, más allá del lazo comercial que suele envolver a la dichosa palabrita hay una gran verdad: Ayudar a nuestro organismo a depurarse nos acerca un poco más a la responsabilidad sobre nuestra salud.
No se trata de liarse la manta a la cabeza con limpiezas de hígado drásticas sino de aprender a comer de forma más sana para mantener en buenas condiciones nuestro organismo y que los procesos de depuración que ya tenemos instalados funcionen correctamente por sí solos.
Tu hígado ya se ocupa cada día de limpiar y de depurar la casa.