Archivos mensuales: febrero 2015

Lentejas con fundamento (pero sin sacramentos)

Lentejas con verduras

Lentejas con verduras pero con sabor a «sacramentos»

Las legumbres no deberían faltar en ninguna mesa porque son proteínas vegetales de calidad (como el tofu, el seitán, el tempe…) y porque además son un auténtico placer. Sin embargo, a menudo se cocinan con excesiva grasa y eso ya no las hace tan sanas.

Conviene dejarlas a remojo durante la noche para que pierdan el ácido fítico y así podamos absorber mejor minerales como el hierro y hacer mejor las digestiones. A la hora de comerlas tampoco deberíamos comernos un plato lleno de legumbres porque estaríamos tomando un exceso de proteínas, con un cazo o dos es suficiente.

El plato equilibrado sería una porción de cereal integral (el 50 % del volumen del plato), un cazo de legumbres, y el resto del plato lo completarían verduras (1 o dos tipos cocinadas de diferente forma por ejemplo) con alguna semilla y algas.

Por tanto, lo ideal es que comas las legumbres en un plato combinado con hidratos de carbono de absorción lenta y verduras, y si tomas una cremita de verduras o sopa por delante, mejor que mejor.

Uno de los inconvenientes de las legumbres suele ser que muchas personas no las digieren bien pero esto se soluciona cocinándolas con verduras y con un trocito de alga kombu (entre 2 y 5 cm). El alga mejor la cortas en tiras antes de cocinar lal legumbre y así luego quedará disuelta y no la notarás.

Para que las legumbres tengan sabor a «fundamento» hay un truco que no falla. Echar una cucharadita o dos de pimentón dulce.

Te cuento cómo suelo cocinar yo las lentejas con sabor a «sacramentos» pero sin ellos.

Ingredientes: 1 taza de lentejas (remojadas una noche) + 1 cebolla + 1 ajo + 1 cucharadita de sal + 2 cucharaditas de pimentón dulce + 1 trozo de calabaza + alga kombu + 1 pimiento rojo seco (opcional)

Elaboración: Cortas la cebolla en cuatro partes y la rehogas con una cucharadita de aceite en la olla exprés y un pelín de sal, añades un ajo, y un trozo de calabaza cortado en trozos, lo rehogas todo junto y agregas las lentejas remojadas previamente, junto con un trozo de alga kombu cortado en tiras, una cucharadita de sal, dos cucharaditas de pimentón dulce y agua hasta cubrir las lentejas pero sin que las rebase en más de un centímetro.

Cierras la olla exprés y las dejas una hora a fuego mínimo. Entre tanto, cortas por la punta el pimiento seco y lo dejas a remojo. Pasada la hora, el pimiento estará blandito y será fácil extraer su carne con ayuda de una cucharita o de un cuchillo.

Al abrir la olla, extraes la cebolla y la calabaza junto con algunas lentejas y lo pasas por el pasapuré. Esa crema que te quede la vuelves a añadir a la olla junto con la carne blandita del pimiento y lo dejas que se cocine unos 10 minutos.

Te quedarán unas lentejas cremosas y muy muy sabrosas. Y ¿has echado cuenta? sólo llevan una cucharadita de aceite!!!

Increíblemente sanas y buenas!!! Así que después de ésto espero no volver a oír eso de que las legumbres son indigestas o engordan.

 

 

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Tortilla vegana de cebolla

Tiene un sabor muy fino y delicioso

Tiene un sabor muy fino y delicioso

Este fin de semana ha sido una peripecia gastronómica y no precisamente porque me haya puesto a degustar de aquí y de allá, o a cocinar esto y lo otro, no. Mi San Valentín ha pasado sin pena ni gloria, sin corazoncitos revoloteando, ni ramos de flores, ni cenas a la luz de las velas.

La culpa de esta sequía sentimental la ha tenido una muela del juicio que decidí quitarme el 13 de febrero porque total, a mí, esto de San Valentín siempre me ha dado un poco igual, y el dentista me dijo que era mejor extirpar el mal cuanto antes. Así que dicho y hecho.

Me pasé una hora con la boca abierta y con los cascos a tope, intentando escuchar una charla super interesante de Josep María Villagrasa, pero aquello fue misión imposible. No sé qué clase de aparatos utilizan los dentistas pero parecía que tenía un torno dándome vueltas en la boca y que me estaban taladrando a la camilla. leer más

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Coliflor con salsa de almendras y cúrcuma

 

Coliflor con salsa de almendras y cúrcuma

Me gusta el color doradito que le da la cúrcuma y del sabor…ni hablamos

Quizás no sea una hortaliza sofisticada ni de moda. A lo mejor no es la receta que prepararías para tu primera cita con ese chico o chica con el que te pasas horas guasapeando pero si dejas al margen los tópicos y las poses, la coliflor es una verdura exquisita, muy polivalente y barata, por lo que no deberías hacerte la dura o el duro con ella cada vez que te ve pasar por la frutería escrutando la mejor pieza de la huerta.

Su forma es bella, blanca y redondeada, y su sabor es muy potente y característico pero al mismo tiempo es de esos alimentos que según con qué se cocinen se transforman en un plato diferente.

Es agua en un 92 %, así que a partir de ahí, es fácil deducir que si quieres un alimento bajo en grasas, la coliflor puede ser una de tus verduras aliadas. leer más

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Lo que pasa cuando comes bien

Diseñar un menú semanal puede ayudarte a comer mejor

Diseñar un menú semanal puede ayudarte a comer mejor

Muchas personas todavía piensan que cocinar es una pérdida de tiempo y que lo que comen no influye en sus vidas. Como mucho, pueden llegar a creer que dependiendo de si su menú tiene más o menos grasa les hará engordar. Pero hasta ahí.

Este post no va dirigido a ese grupo de gente (o sí) sino a los que han dado el paso de cambiar algunos hábitos que no les hacían sentirse bien consigo mismos o a quienes hace muchos años que descubrieron que la alimentación puede ser una herramienta para conseguir más salud y para ayudar a hacer un planeta más sostenible y feliz. leer más

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Ropa para bebés con tejidos orgánicos

¿Qué tal va el crudo invierno? ¿Echas de menos alguna prenda abrigadita y suave que te ayude a llevarlo mejor? Yo empiezo a estar harta de las heladoras botas de goma, que son de todo menos calentitas, del gorro que te deja el pelo como si te hubiera lamido una vaca, y de los guantes, que me debieron de costar una pasta porque son de piel pero como salgan fuera de los bolsillos del abrigo y les caiga un copo de nieve encima, parece que tengo las manos en el congelador.

Todas las tardes llego a casa con las manos rojas como tomates, del frío que tengo, así que estoy por ponérselos a algún muñeco de nieve que me encuentre por la calle. Seguro que le mantienen la temperatura corporal en los cero grados y de paso, hay alguien que les da una utilidad.

Así que cuando veo ropa orgánica, de algodón y de tejidos gruesos se me van los ojos. Después de recuperar el movimiento en mis ateridas manos, me he puesto a teclear en el ordenador y he encontrado esta preciosa tienda con ropa para bebés que está hecha con mucho mimo, pensando en la delicada piel de los babys. leer más

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