Archivos mensuales: octubre 2014

Pastel de mijo «amalur» (madre tierra)

No hay quien se resista a darte un bocado¡¡

No hay quien se resista a darte un bocado¡¡

El 23 de septiembre de 2014 fue un día feliz porque el periódico más vendido en el País Vasco, El Correo, (en Gipuzkoa El Diario Vasco, los dos del Grupo Vocento)  llamó a mi puerta y me pidió que hablara de la macrobiótica y propusiera una receta para otoño. La respuesta por mi parte fue un sí más grande que una catedral, como te puedes imaginar, y allí que salí en el suplemento trimestral de gastronomía de este diario, «Sukaldean» (en la cocina), a toda página!!

Fue un subidón tener la oportunidad de salir en un medio generalista como blog invitado y quiero dar las gracias a Aitor Alonso, coordinador de este suplemento, por abrirme las puertas de «Sukaldean».

Intenté dar unas pinceladas de lo que es la macrobiótica y presenté una receta típica otoñal que improvisé para la ocasión. Te dejo aquí las fotos del recorte de prensa y la receta. Espero que te chupes los dedos con ella. Feliz otoño!!

Toma página!!

Toma página!! La foto en la que salgo yo es de Jon Usual!! Gracias crack, una vez más!!

 

Fotos de la receta…

El pastel recién sacado del horno

Texto íntegro del periódico…

Pastel de mijo “Amalur”

 

Aunque lo he bautizado con un nombre en euskera este pastel es macrobiótico por los cuatro costados y es uno de los imprescindibles del otoño, cuando la naturaleza busca el reposo y nosotros cambiamos las ensaladas y los platos fríos por los humeantes, que nos reconfortan.

En macrobiótica (del griego “gran vida”) no se cuentan las calorías ni se pesan los alimentos, en cambio se tiene en cuenta su efecto energético cuando los comemos. Así, se clasifican en yin si enfrían, expanden, dispersan y vuelven pasiva a la persona o en yang si provocan lo contrario.

No es una simple dieta, es una filosofía de vida, y aunque tiene sus añitos (mediados del siglo XX) y viene de Japón, a día de hoy parece estar más de moda que nunca en Occidente, quizás porque cada vez hay más interés por una forma de comer y de vivir que empodera a las personas, ya que les devuelve el control de su salud y de su felicidad.

Por no hablar de los efectos que tiene a nivel interno y que se ven en el cuerpo físico. Yo estoy convencida de que seguir esta práctica de vida rejuvenece por dentro y por fuera, y si no que se lo digan a Madonna!!

Pero como a diferencia de la diva del pop el resto de los mortales no tenemos un cocinero macrobiótico en casa que nos prepare un menú balanceado y alcalino, cuando viene una persona a mi consulta para que le enseñe a comer según los principios de la macrobiótica, le resumo diciendo que el quid de la cuestión consiste en volver a la dieta de nuestros abuelos y comer más cereales, legumbres y verduras de temporada, como las que he escogido para la receta que aquí os presento.

El ingrediente principal de este plato es el mijo, un cereal muy consumido en Oriente que combate la fatiga intelectual, la anemia y que ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre, un superalimento que todo el mundo debería conocer y que no tendría que faltar en la mesa de las personas diabéticas. Y atención, no tiene gluten!!

Es todo un señor cereal y acompañado con calabaza y cebolla es una bomba nutritiva que además alimenta aquellos órganos que necesitan su ración diaria de sabores dulces pero de forma natural, sin azúcar.

Llega el otoño y apetecen los platos que nos dan calorcito interno y que nos preparan para los meses fríos que nos esperan y que serán bastantes. Más de los que yo quisiera, seguro.

Y ahora… ¡¡todo el mundo a la mesa¡¡

 

Ingredientes:

1 taza de mijo + 2 cebollas + 1 trozo grande de calabaza + aceite + sal + shoyu +caldo vegetal + almendras

 

Elaboración:

1/ Picas finas las cebollas y las pochas en una cazuela tapada con un poquito de aceite y sal durante 25 minutos a fuego lento.

2/ Añades la calabaza cortada en trocitos pequeños y la aderezas con un chorrito de shoyu (salsa de soja).

3/ Vuelves a tapar la cazuela y pasados unos minutos, cuando la calabaza se empiece a ablandar, la aplastas con un tenedor y la mezclas bien con la cebolla.

4/ Lavas una taza de mijo en un bol grande con agua y lo cuelas. Repites este proceso unas tres veces, hasta que el agua salga limpia.

5/Agregas el mijo a la cazuela, lo rehogas todo junto y añades tres tazas de caldo vegetal y una pizca de sal cuando empiece a hervir.

6/Bajas la intensidad de la llama a un fuego medio, lo tapas y lo dejas 25 ó 30 minutos, hasta que el líquido se haya evaporado completamente y el cereal esté bien hinchadito.

7/Lo dejas reposar unos 5 minutos y untas con aceite la base de una bandeja para horno, a la que luego añadirás el mijo y lo apretarás bien con una cuchara grande, dándole forma de pastel.

8/ Antes de meterlo al horno, tuestas en una sartén un puñado de almendras y las machacas en un mortero. Las espolvoreas encima del pastel y por encima lo rematas con una besamel vegana.

 

Ingredientes besamel vegana: 300 gramos de coliflor + 2 cebollas + aceite + sal + leche vegetal + nuez moscada + pimienta negra + miso blanco

 

Elaboración besamel:

1/Pochar las cebollas con un poquito de sal, añadir la coliflor cortada en flores y agua (sin que la cubra).

2/Dejar hervir unos 20 minutos. Aderezar con sal, pimienta negra molida y nuez moscada.

3/Batir la coliflor y la cebolla sin el líquido de la cocción, añadir un chorrito de leche vegetal y una cucharada de miso blanco para espesar la salsa y darle un sabor más dulce.

 

Más fotos… #homemade

Con las almendras espolvoreadas por encima

Con las almendras espolvoreadas por encima

 

 

A continuación, echar la besamel vegana por encima

A continuación, echar la besamel vegana por encima

 

Directo al horno!!

Directo al horno!!

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